Varios países declaran a la industria de la madera, papel y celulosa como esencial frente al Coronav
Un grupo de países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Canadá, Italia, Chile y Argentina, ha anunciado que la industria de la madera, papel y celulosa es esencial en la lucha contra el COVID-19.
Desde que Estados Unidos declarara “infraestructura crítica esencial” a la industria de productos forestales, Italia, Canadá, Argentina y Chile se han unido a su anuncio y han expuesto que la industria de la madera, papel y celulosa son imprescindibles para afrontar estos tiempos de coronavirus.
Las mascarillas y otros elementos de higiene como papel higiénico, pañuelos desechables, toallas absorbentes, compresas o pañales se fabrican a partir de celulosa, y son indispensables para el actual contexto de pandemia mundial. Además, el papel se utiliza también para fabricar cajas de medicamentos o de alimentos.
Los países antes mencionados han tomado una serie de medidas para garantizar la producción de esta industria esencial.
El lunes 23 de marzo Italia anunció que daba un plazo de 72 horas para que las empresas consideradas “no esenciales” cerrasen sus fábricas para que su funcionamiento no influyera en la curva de infectados por coronavirus. Sin embargo, la industria papelera, junto a otro grupo de compañías de 80 áreas diferentes, podrán estar abiertas por ser consideradas fundamentales en la protección del COVID-19. Esto da como resultado que un 65% de la industria italiana permanecerá parada.
En Canadá, por un lado, la Asociación de Productos Forestales (FPAC) solicitó al Primer Ministro, Justin Trudeau, que reconociera su sector como “esencial y clave”. Por otro lado, en la provincia de Ontario, se anunciaron los servicios esenciales a los que permiten mantenerse abiertos, dentro de los cuales se encuentran empresas que dan continuidad a productos forestales.
En Latinoamérica, Chile y Argentina han sido los países que se han sumado a la declaración. El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Argentina, dictó una resolución para bajar la afluencia de personas en el transporte público y lugares de trabajo, pero sin que ello afecte a la producción y abastecimiento de bienes y servicios. De esta forma, catalogan como esencial (y por ende activa) la industria de la alimentación, su cadena productiva e insumos de higiene personal y limpieza.
En Chile, el Gobierno realizó un instructivo para informar los detalles de los salvoconductos, para asegurar los servicios esenciales, el abastecimiento y la distribución de bienes y servicios. En la información se detalla que las empresas de agro alimentos, productores silvícolas y agrícolas, y productores de celulosa y productos de papel, cartón y derivados, podrán mantenerse en funcionamiento y contarán con los permisos necesarios para que sus labores no se vean interrumpidas en este momento de pandemia del COVID-19.
Iniciativas chilenas
Un ejemplo en Chile de la lucha contra el coronavirus se encuentra en la empresa CMPC y su intención de fabricar más de un millón de mascarillas mensuales para distribuir gratuitamente.
CMPC, a través de su filial de productos de higiene y cuidado personal SOFTYS, cerró la compra de dos máquinas de fabricación automatizada de mascarillas del tipo quirúrgicas, las cuales serán instaladas en las plantas ubicadas en Puente Alto, en Santiago de Chile y en Caieiras, Sao Paulo.
Mascarillas que desarrolla la empresa CMPC / Corma
Cada máquina alcanza una capacidad de producción de un millón 500 mil mascarillas al mes y serán transportadas a sus respectivos destinos vía aérea. “No estamos abordando este desafío como un negocio, sino como la respuesta que se espera de una compañía orientada al cuidado de las personas”, señaló Gonzalo Darraidou, gerente general de SOFTYS. Y agregó: “Por lo mismo, nuestra intención en el actual contexto es distribuir estas mascarillas de manera totalmente gratuita a través de los servicios públicos de salud”.
Protector facial para impresión 3D / Wikifactory
Otra iniciativa en Chile es la realizada por FabLab del Centro de Innovación UC, y que consiste en un diseño de código abierto de un protector facial de rápida fabricación. Los protectores faciales comunes demoran en su impresión 3D unos 120 minutos en promedio, pero el propuesto por este Centro toma la mitad del tiempo, unos 50 minutos. Adaptado de un modelo de la plataforma internacional Coronavirusmakers, la propuesta permite la producción simultánea de cuatro protectores, son una simplificación del ensamblaje.
Con este protector, el Fablab busca facilitar y amplificar la manufactura distribuida del dispositivo, razón por la que ya está liberado para su uso en el sitio web del Centro de Innovación UC. “Donde exista una impresora 3D, existe un potencial aporte a la emergencia sanitaria, porque cualquier persona podrá imprimir y armar estos protectores, esa es la virtud de la fabricación digital”, comenta Conrad von Igel, director ejecutivo del Centro de Innovación UC.
Actualmente, el equipo trabaja en un modelo troquelado del protector facial que permitiría la fabricación de miles de mascarillas diarias y escalar a la producción en masa.
Fuente: www.madera21.cl